Cuarenta
y ocho años después de la misteriosa desaparición de la pequeña Irene
Luján, Silvia sale a pasear a su perrita y se encuentra con una niña que
piensa que está perdida. La niña solo le dice que debe ir a una
dirección. Silvia la acompaña y llegan a un lugar lúgubre, derruido y
que huele a humedad.
Llama a la puerta y le abre una anciana. A partir de ese momento, todo
se precipita. Y es cuando se da cuenta de que la niña es Irene, su amiga
de la infancia que murió en extrañas circunstancias.
Solo Irene sabe la verdad, y ahora a Silvia le toca recordar,
enfrentarse a su pasado y a los asesinos de su amiga.
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