«Desde las de Poe, las de Max Carrados son las únicas historias detectivescas que merece la pena volver a leer».
GEORGE ORWELL
Hubo un tiempo en que las aventuras protagonizadas por Max Carrados,
competían en popularidad en las páginas de The Strand Magazine con las
del mismísimo Sherlock Holmes. Carrados cumplía con todos los requisitos
del perfecto detective eduardiano: era inteligente, educado y, al igual
que el personaje de Conan Doyle, el cosmopolita y adinerado Carrados
contaba con la ayuda de un compañero inseparable, el señor Carlyle. Sin
embargo, había algo que le hacía único: Max Carrados era ciego. Algo que
nunca supuso un impedimento para que, desde su estudio de Richmond,
resolviera siempre con brillantez los misterios a los que se vio
enfrentado.
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