viernes, 12 de abril de 2019

77 grados Kelvin

de José Luis Peñalver Paret 

 

 

D.H. despierta en una habitación de hospital desconocida. Sospecha que convalece de una nueva operación o que va a comenzar otra absurda terapia de rehabilitación. Protesta porque sabe que su tetraplejia es incurable, por mucho que se nieguen todos a admitirlo. Lo que el equipo médico va a decirle le parecerá, primero, una broma pesada; después, un burdo montaje. Sin embargo, las pruebas se irán tornando tan incontestables que verá su indignación menguar y su escepticismo flaquear. 

 

 

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