viernes, 4 de septiembre de 2020

Desmontando el crimen perfecto

de Mayka Navarro 

 

 

Fue la mujer encargada de limpiar el apartamento que se alquilaba por días en el barrio de Gràcia de Barcelona, quien la mañana del 21 de febrero del 2008 descubrió el cuerpo sin vida de Ana María Páez Capital. La joven, de treinta y seis años, estaba completamente desnuda sobre un sofá y llevaba atada una bolsa de plástico en la cabeza. Junto al cadáver, los investigadores de los Mossos d'Esquadra solo encontraron una peluca y un par de botas negras. En los primeros momentos, los policías del Grupo de Homicidios se plantearon la hipótesis de una muerte por asfixia sexual. Una tesis que se desvaneció en cuanto llegaron a las dependencias policiales las primeras imágenes de una misteriosa y atractiva mujer que, haciéndose pasar por la víctima, sacaba dinero de la cuenta corriente de la joven asesinada.

 

 

 

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