Un
escritor en horas bajas es incapaz de escribir nada decente. El éxito
comercial de su última novela parece haberle arrastrado hasta un bucle
de inseguridad que lo mantiene bloqueado ante la página en blanco. Se
obliga a tomar unas vacaciones y aislarse durante un tiempo en la Sierra
de Cádiz, un retiro espiritual donde olvidarse de la presión de la
editorial, de las facturas sin pagar y de las llamadas telefónicas
constantes.
Con el paso de los días descubre que, en la cabaña donde se aloja,
aparece un nuevo número pintado en la pared cada mañana. Una cuenta
atrás sin explicación aparente que termina sumiéndolo en la mayor de las
obsesiones. Es probable que su vida corra peligro y el tiempo apremia.
Los números no perdonan.
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