¿Duermes
bien por las noches? Eso es porque no hay fantasmas en tu mente, o que
no les has permitido entrar aún.
Imagina la tortura de una hermana que llora por quien no pudo salvar de
las tinieblas, pero le queda la venganza...
Imagina el deseo de un asesino a sueldo que ansía dejar de matar pero no
puede cuando se le plantea el caso más interesante y beneficioso de su
vida.
Imagina la libido de un violador y asesino que disfruta, en primera
persona, de castigar a los niños que captura en su garaje...
Y así hasta once relatos escalofriantes...
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