Roma,
2 de abril de 2005. El Papa Juan Pablo II acaba de morir y la plaza de
San Pedro se llena de fieles dispuestos a darle el último adiós. Al
mismo tiempo, se inician los preparativos para el cónclave del que ha de
salir el nombre del nuevo Sumo Pontifice. Justo entonces dos cardenales
aparecen asesinados siguiendo un macabro ritual que incluye la
mutilación de miembros y mensajes escritos con simbología religiosa. Un
asesino en serie anda suelto por las calles de Roma, y la encargada de
perseguirlo será la inspectora y psiquiatra criminalista Paola Dicanti.
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