Londres,
1896. Innumerables inventos alteran una y otra vez la faz del siglo
haciendo creer al hombre que la ciencia es capaz de conseguir lo
imposible. Y sus logros parecen no tener límites, como demuestra la
aparición de la empresa de Viajes Temporales Murray, que abre sus
puertas dispuesta a hacer realidad el sueño más codiciado de la
humanidad: viajar en el tiempo, un anhelo que el escritor H. G. Wells
había despertado un año antes con su novela La máquina del tiempo. De
repente, el hombre del siglo XIX tiene la posibilidad de viajar al año
2000, como hace Claire Haggerty, quien vivirá una historia de amor a
través del tiempo con un hombre del futuro. Pero no todos desean ver el
mañana. Andrew Harrington pretende viajar al pasado, a 1888, para salvar
a su amada de las garras de Jack el Destripador. Y el propio H.G. Wells
sufrirá los riesgos de los viajes temporales cuando un misterioso
viajero llegue a su época con la intención de asesinarlo para publicar
su novela con su nombre, obligándolo a emprender una desesperada huida a
través de los siglos. Pero, ¿qué ocurre si cambiamos el pasado? ¿Puede
reescribirse la Historia?
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