«No
cierres los ojos, no los cierres». Es lo que resuena en la cabeza de
Lizzy Gardner una y otra vez. Secuestrada cuando era una adolescente, se
convirtió en la única superviviente del psicópata al que apoda
Spiderman. Porque logró escapar, pero no olvidar.
Catorce años después, Lizzy trabaja como investigadora privada y da
clases de defensa personal a adolescentes, en un intento de superar el
oscuro episodio de su pasado. Sin embargo, sus miedos reviven cuando
recibe una llamada del FBI. Son malas noticias: el asesino ha vuelto a
la acción y su objetivo es terminar lo que dejó a medias años atrás.
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